En 2024 el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se sitúa en 1.134 euros al mes (o 37,80 euros al día), repartidos en 14 pagas (15.876 euros al año), que equivale a una subida del 5% respecto a 2023.

A efectos de determinar si el salario que satisface una empresa a sus trabajadores supera o no el SMI, no debe considerarse únicamente el salario base, sino que debe tenerse en cuenta también todo el salario dinerario bruto (en metálico) en su conjunto y cómputo anual, incluidos los complementos, antes de aplicar las retenciones y cotizaciones correspondientes. Los únicos conceptos que no se tienen en cuenta son las percepciones en especie (por ejemplo, un servicio de transporte o guardería) y los conceptos extrasalariales (compensaciones de gastos, indemnizaciones, etc.). Tampoco computan la retribución de horas extras ni los complementos ligados al puesto de trabajo, como el plus por peligrosidad o por nocturnidad.

Si debido a su actividad a alguna empresa no le es de aplicación ningún convenio, sus empleados a jornada completa que viniesen cobrando por debajo del actual SMI deberán ver incrementado automáticamente su salario hasta alcanzarlo.

La entrada en vigor es con efecto retroactivo a 1 de enero de 2024, lo que implica que las empresas que tuviesen empleados contratados con salario inferior deberán abonarles una paga adicional en el mes de febrero para compensarles el incremento pendiente del mes de enero.

La revisión del Salario Mínimo Interprofesional establecida no afectará a la estructura ni a la cuantía de los salarios profesionales que viniesen percibiendo los empleados cuando tales salarios en su conjunto y en cómputo anual fuesen superiores a dicho salario mínimo (a no ser que en años anteriores no haya aplicado la técnica de la compensación y haya aumentado salarios en proporción al SMI, aunque estuviesen por encima, y ello pueda considerarse una condición más beneficiosa).